La sangre sabe amarga en mi boca, se ve sucia en mis dedos, se siente fría en mis labios. La sangre carmesí, que me abandona, que resbala por mi rostro, que escondo de todos. La sangre... que dolor trae y dolor se lleva, es una de las pocas cosas que, hoy por hoy, me mantienen con vida.
Hola, casualidades de la vida que yo ahora me sienta igual como el título de tu entrada.
ResponderEliminarun abrazo y animo.
Cuando quieras mi blog esta abierto http://quesitasaladita.blogspot.com.es/
Muchas gracias, espero que ambas lo superemos, me pasaré
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