Ella lo miró, y él a ella, como diosa y dueña de su corazón
que era. La habitación estaba en sombras, silenciosa, solo dos respiraciones
agitadas eran escuchadas. Ashley, de rodillas ante la jóven, se volvía a
preguntar de q manera aquella criatura tan hermosa se había fijado en él, y
como le había robado su inocencia con una enferma melodía de amor. Sus ojos la
recorrieron cuan pequeña era, cada curva y sinuosidad de su cuerpo, ahora
descubierto para él, le llamaba, y solo podia pronunciar dos palabras…: “Take
me.”
Fuera de ese momento, nada era perfecto. Ella tenia a otro,
era feliz, y Ash… no, no sin ella. Era probablemente lo único q no podia tener,
pero tambn lo unico q necesitaba. Si los dos se amaban ¿porq entonces no pueden
estar juntos? ¿porq el otro era tan importante para ella? Era la mujer a la q
mas había amado, era la q mas le había querido.
El día q la conoció en aquel bar, sentada y alegre, el día q
sus besos de rosa fueron robados y sus labios probados, se hundió como nunca
había hecho, se enterró en el océano mas profundo y solo pudo nadar, nadar
hacia ese amor que lo salvaría. Apareció el otro, con su mirada altiva, retándole
a una carrera de corazones por los momentos pasados… por ella. Ash la miró,
solo era una fantasía, pero compartida, parecia lo suficientemente real como
para darlo todo por ella. Y volvia a repetirle: “Take me…”
Seguía arrodillado frente a ella, rezando para q se hiciera
eterno, q nunca acabara aquella noche en q ella le pertenecía… y el era
pertenecido. La tomó suavemente por las caderas, la tumbó y despacio, muy
despacio, empezo a besar sus hombros, su cuello, sus labios. Quería recorrer
cada parte de ella, cada pequeño hueco de piel q tuviera a su alcance, viajar
por su cuerpo como si lo estuviese descubriendo por primera vez, tomando todo
lo q le daba, mientras ella le suplicaba q nunca parase, y el seguía… porq
tampoco quería parar. Lo quería todo, de ese amor temporal, cuyo tiempo se
acaba, justo ahora.
El mismo bar, la misma noche fría y estrellada, las mismas
personas… y el otro. Ash se dirige hacia el furioso, con los ojos empañados
conteniendo las lágrimas. Descarga su puño, grita, recibe satisfecho el golpe
de vuelta y sigue. Pronto ambos acaban fuera, bajo la oscuridad de la noche, y
bajo la mirada de ella. No se detienen hasta que Ash es alcanzado cerca de su
ojo izquierdo, y la jóven corre hacia él
gritando su nombre. El otro se da la vuelta y se aleja, mientras Ashley,
dolorido, se levanta del suelo y la mira de forma amenazadora. Ella, pasando
por alto sus ojos, se lanza hacia él y lo besa, como no había hecho nunca, un
beso salvaje y desgarrador. Ash seguía rogandole, en medio de aquel beso: “Take
me!” Pero ella se separa, y después de contemplar un momento mas su rostro,
gira impasible sobre sus talones y sigue los pasos del otro, solo un poco mas
adelante. Siempre sería lo q nunca pudo tener, pero siempre lo mejor q tuvo. En
ese momento, solo las estrellas lo abrigaban de la fría noche; no llovía, pero
sus lágrimas eran la prueba de la tormenta q se desataba en su corazón,
mientras se ahogaba en el océano de aquellos labios q amaba. Cerró los ojos con
fuerza, cogió aire entre sollozos y pronunció en un susurro unas últimas
palabras para ella…
-Love isn´t always fair.
No hay comentarios:
Publicar un comentario