¡Estoy harta! No quiero vuestras palabras, no quiero vuestros corazones, me he cansado de regalos sin razones.
No soy lo que pensáis, no soy lo que aquí véis. Sólo una niña que creció demasiado rápido, que se olvidó de amar por el camino. Nunca seré lo que esperáis, lo que vosotros queréis.
Mi caja de Pandora ya abrí, deje escapar todos estos males que ahora son parte de mí, pero también liberé la esperanza, esa luz verdosa que todos tienen, y que yo perdí.
Ahora me avergüenza verte, mirándome, diciéndome que tengo cara de "niña buena". Pero no lo soy, nunca lo he sido, y si no me ayudas, nunca lo seré. Ya lo he intentado y me cansé.
Parece que eso no les importa a ellos, siguen tras de mí, siguen sin ver el monstruo que soy. Parece que quieran lo imposible, aquello que no saben que no tengo.
Si ellos no lo saben... bien, tú ya te diste cuenta. Sé que la culpa, el dolor este que siento es mío, no debí haberte mostrado mi ser, mi alma, mi corazón negro y vacío.
Pero te vi, realmente lo hice, como observo la luna melancólica cada noche, como miro el polvo de hadas que son las estrellas, como me hundo en la mirada que me devuelve la noche negra. Te vi como un ángel salvador, y sin querer creerlo, te aparté de mí, te alejaste sin nada más que decir.
Porque tú lo sabías... desde el principio lo sabías... tuviste claro, y aún así te acercaste aunque luego te alejaras, tuviste claro que yo, nunca pude amar.
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